El ajo se ha utilizado a lo largo de la historia como medicina prácticamente en todo el mundo. Su uso precede a la historia escrita. Los antiguos registros en sánscrito documentan el uso de remedios de ajo hasta hace unos 5000 años, mientras que los chinos llevan usándolo al menos 3000 años. El papiro de Ebers, un documento médico egipcio que data aproximadamente del año 1550 a. C., menciona el ajo como un remedio efectivo para diversos males, incluyendo la alta presión sanguínea, el dolor de cabeza, picaduras, lombrices y los tumores. Hipócrates, Aristóteles y Plinio citaron numerosos usos terapéuticos del ajo. Las historias, poemas y folklore (como su supuesta capacidad para espantar a los vampiros) también proporcionan documentación histórica sobre el poder curativo del ajo. Sir John Harrington, en su obra "El doctor inglés" de 1609, resumía las virtudes y defectos del ajo: 

El ajo entonces tiene el poder de la muerte salvar, su hediondo aliento convendrá soportar, y no como algún sabio, su virtud desdeñar.

Otro dicho popular sobre el ajo es el de "Come ajo y ganas salud, pero pierdes a tus amigos”. Afortunadamente, ahora hay preparados comerciales a base de ajo que proporcionan todos los beneficios para la salud, sin las consecuencias sociales.

¿Cuáles son los efectos científicamente confirmados del ajo?

El ajo tiene una amplia gama de efectos bien documentados, incluyendo ayudar a luchar contra infecciones y potenciar la función inmune; evitar el cáncer y beneficios cardiovasculares por reducir el colesterol y la presión sanguínea. Todos estos efectos benefactores del ajo se atribuyen a sus compuestos con contenido en azufre: alicina, dialil disulfuro, dialil trisulfuro y otros. La alicina es la responsable principal del fuerte olor del ajo. Se forma por la acción de la enzima aliinasa sobre el compuesto aliína. La enzima se activa por el calor, el oxígeno o el agua. Esto explica el hecho de que el ajo cocinado, además de los "preparados de ajo añejo" y los productos de aceite de ajo no producen un olor tan fuerte como el ajo crudo ni efectos medicinales tan potentes.

¿Contienen alicina los productos de ajo de "olor reducido" o "inodoros"?

Algunos sí y otros no. Puesto que la alicina es el componente del ajo que es el responsable de su distinguido olor, algunos fabricantes han desarrollado métodos muy sofisticados en un esfuerzo para aportar todos los beneficios del ajo. Proporcionan productos de ajo “sin olor” con concentración de aliína porque esta es relativamente "inodora" hasta que se convierte en alicina en el cuerpo. Los productos con aliína concentrada y otros componentes sulfúricos proporcionan todos los beneficios del ajo fresco si se fabrican adecuadamente, pero son más "aceptables socialmente" que este. Debido a que la aliína y la aliinasa son muy estables cuando el ajo se procesa adecuadamente, hay un método para asegurarse de que no se produce la alicina hasta que el ajo en polvo se mezcla con los fluidos del tracto intestinal. Este método se denomina "revestimiento entérico". Este método reviste el ajo especialmente preparado de tal modo que la píldora no se fragmenta hasta haber pasado por el estómago. Si se utiliza un preparado de ajo sin revestimiento entérico, los ácidos estomacales destruirán la mayor parte de la alicina formada. Por lo tanto, no es probable que estos preparados produzcan resultados tan buenos como los de un producto de alta calidad con revestimiento entérico. Lo mismo se puede decir del ajo añejo y de los productos de aceite de ajo, ya que estas formas de ajo no contienen absolutamente ninguna alicina o productos con degradación de alicina.

El Dr. Lawson descubrió que había básicamente dos problemas importantes. El primero es que muchos de los productos a base de ajo contenían poca actividad de la alinasa. Había mucha aliína, pero puesto que la actividad de la alinasa era baja, el nivel de alicina formada también era baja. Después, el Dr. Lawson observó que muchas de las pastillas contenían excipientes (es decir, ligantes y rellenos) que realmente inhiben la actividad de la alinasa. La actividad de la alinasa en el 63 % de las marcas era menor del 10 % de la actividad que se esperaba. La incapacidad para liberar una dosis efectiva de alicina explicaría por qué tantos estudios sobre complementos de ajo no muestran beneficios en la reducción del colesterol o la presión sanguínea.

 Por ejemplo, los estudios realizados con un suplemento de ajo en particular antes de 1993 fueron en su mayoría positivos. De hecho, los resultados de estos estudios positivos fueron la razón principal por la que los suplementos de ajo fueron permitidos en Alemania y en EE. UU. remitiéndose a la reducción de actividad del colesterol. Sin embargo, los estudios publicados desde 1995 no han podido mostrar un efecto regular en la reducción del colesterol.

Aunque los autores de los estudios negativos sobre el ajo creen que la razón subyacente de estos resultados era un estudio mejor diseñado, una explicación más probable es que se deben a una píldora de peor calidad. Específicamente, la investigación realizada por el Dr. Lawson ha mostrado que las pastillas fabricadas antes de 1993 eran el doble de resistentes a la desintegración en ácido que las píldoras fabricadas después de ese año y que las pastillas más antiguas liberaban tres veces la cantidad de alicina que las píldoras fabricadas más recientemente.

 El examen de las etiquetas de los envases muestra varios cambios en los excipientes de las pastillas entre las de antes y después de 1993. De nuevo, se cree que estos excipientes bloquean la actividad de alinasa.

¿Puede ayudar el ajo a reducir la presión sanguínea y los niveles de colesterol?

Sí, pero hay algunas advertencias importantes que hacer como se mencionó anteriormente. Los estudios que muestran un efecto positivo del ajo y de los preparados de ajo son los que proporcionan una dosis suficiente de alicina. Los estudios negativos no la proporcionan. En los estudios doble ciego positivos en pacientes con niveles iniciales de colesterol mayores de 200 mg/dl, el complemento con preparados de ajo que proporcionaban una dosis diaria de al menos 10 mg de alicina o un potencial total de alicina de 4000 mcg en el suero, los niveles de colesterol cayeron entre un 10 % y un 12 %, el colesterol LDL disminuyó en alrededor del 15 %, el colesterol HDl normalmente se incrementó en un 10 % aproximadamente, y los niveles de triglicéridos cayeron un 15 %. Los resultados de presión sanguínea también bajaron, con reducciones regulares de 11 mm Hg en la sistólica y 5,0 en la diastólica en un periodo de uno a tres meses.

¿Y qué sucede con el ajo añejo?

Puesto que el ajo añejo no contiene alicina, no produce ningún beneficio significativo en la presión sanguínea ni en los niveles de colesterol. Puede proporcionar otros beneficios en el sistema cardiovascular, pero no se ha evaluado por completo la importancia de estos efectos.

¿Qué marca se recomienda?

Según la nueva investigación del Dr. Lawson, además de las investigaciones realizadas por Natural Factors, yo respaldo Garlic Factors. Creo que da la mejor posibilidad de conseguir todas las ventajas del ajo fresco pero sin olor.

¿Cuánto ajo necesito?

En base a los resultados de los ensayos clínicos positivos, la dosis de un producto de ajo comercial debería ser de al menos 10 mg de aliína o un total de potencial de alicina de 4000 mcg. Esta dosis equivale a prácticamente de uno a cuatro dientes de ajo fresco. Cada pastilla de Garlic Factors proporciona 6150 mcg de alicina, una potencia muy alta. Pero la ventaja real de Garlic Factors es el hecho de que es fabricado por Natural Factors, los expertos en productos naturales efectivos. Como resultado, se garantiza que Garllic Factors ha sido diseñado para producir resultados consistentes.

¿Es seguro el ajo?

Los preparados de ajo tomados oralmente, incluso productos "inodoros", pueden producir un olor a ajo en el aliento y a través de la piel. Los efectos secundarios más frecuentes son irritación gastrointestinal y náuseas. Precaución con la propaganda sobre los peligros de la alicina. Yo no discuto que alimentar de forma prolongada y masiva con grandes cantidades de ajo crudo a las ratas provoca anemia, pérdida de peso, incapacidad para crecer e incluso la muerte. Sin embargo, las dosis de ajo fresco utilizadas en estos estudios para producir estos efectos tóxicos eran increíblemente altas, 500 mg de ajo fresco por 100 g de peso corporal.

¿Y los efectos antimicrobianos y la mejora inmunitaria?

El ajo ejerce una actividad antibacteriana, antiviral y fungicida. Sin embargo, también puede funcionar contra algunos parásitos intestinales. La actividad antibiótica del ajo es solo apenas el 1 % de la potencia de la penicilina, por lo que ciertamente no es un sustituto de los antibióticos. Es especialmente útil contra el sobrecrecimiento de la candida albians de la levadura. El ajo parece ejercer muchos efectos positivos sobre el sistema inmunitario y los estudios sobre la población humana han demostrado que comer ajo regularmente reduce el riesgo de muchos cánceres. Esto se debe parcialmente a la capacidad del ajo de reducir la formación de compuestos carcinogénicos además de sus efectos positivos sobre el sistema inmunitario.

¿Interactúa el ajo con alguna medicina?

Teóricamente, los preparados de ajo pueden potenciar los efectos de la medicina fluidificante de la sangre Coumadin® (warfarina), además de aumentar los efectos antiplaquetarios de medicinas como la aspirina y el Ticlid® (ticlopidina). Si estás tomando estos medicamentos, por favor, consulta con un médico antes de tomar un producto de ajo.

El ajo puede aumentar la efectividad de medicamentos que reducen los niveles de glucosa en la sangre en el tratamiento de diabetes no insulinodependiente (diabetes de tipo 2) como la gliburida (Diabeta, Micronase). Consulta con un médico para hablar sobre el control adecuado de los niveles de azúcar en la sangre antes de tomar un producto de ajo.

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