Los resultados de los estudios que examinaron el efecto de la suplementación con creatina indican una mejora en la capacidad de recuperarse después del entrenamiento, prevenir lesiones, regular la temperatura corporal y más. Además, también se investiga la capacidad de la creatina para influir en diversas enfermedades, como enfermedades neurodegenerativas, diabetes, osteoartritis, fibromialgia, enfermedades isquémicas del corazón y del cerebro, depresión adolescente y embarazo. Recientemente, la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva (ISSN) publicó un documento de posición cuyo objetivo es reevaluar la literatura profesional existente sobre la creatina y actualizar las recomendaciones en el campo en consecuencia. Para comprender la lógica de estas recomendaciones, primero hay que familiarizarse con el mecanismo biológico, según el cual los efectos ergogénicos (mejora del rendimiento deportivo) de la creatina dependen de la cantidad de creatina acumulada en el interior de las células musculares. Dado que la creatina se encuentra naturalmente en los alimentos de origen animal, su cantidad en los músculos de las personas cuya dieta incluye alimentos de origen animal es aproximadamente un 20% mayor que la cantidad en los músculos de las personas que siguen una dieta vegetariana. Las personas que toman un suplemento de creatina podrán beneficiarse de reservas más grandes entre un 15 y un 30 % en comparación con los omnívoros.
