Si crees que los medicamentos recetados son la única opción contra la ansiedad y los ataques de pánico, te complacerá enterarte de estas soluciones naturales y eficaces

Si nunca has experimentado ansiedad ni ataques de pánico, es difícil imaginar lo incómodos que pueden ser. Más de 20 millones de estadounidenses sufren de ansiedad, médicamente definida como "un estado emocional desagradable que va desde una leve inquietud a un miedo intenso". Aunque el miedo es una respuesta racional al peligro, la ansiedad generalmente carece de una causa clara o realista. La ansiedad severa a menudo produce ataques de pánico, que son intensos sentimientos de miedo. Estos ataques son más frecuentemente asociados con agorafobia, un miedo intenso a estar solo o a estar en lugares públicos.

La causa que la mayoría de los médicos ignoran 

Tanto el estrés psicológico como los factores bioquímicos, como la cafeína y el consumo de drogas, pueden desencadenar ansiedad y ataques de pánico. Los niveles elevados de ácido láctico en la sangre también son uno de los factores bioquímicos más significativos. Cuando el cuerpo carece de oxígeno, el lactato es el producto final en la fragmentación del azúcar en la sangre. De hecho, inyectar lactato a aquellos que padezcan ansiedad puede producir graves ataques de pánico. En personas normales, en cambio, no sucede nada. Por lo tanto, parece que las personas con ansiedad pueden ser sensibles al lactato. Es lógico, entonces, que la reducción de los niveles de lactato deba ser una prioridad. Sin embargo, la mayoría de los médicos ignoran esta meta.

Reducción de los niveles de lactato 

Hay seis factores nutricionales que pueden ser responsables de niveles elevados de lactato en personas con ansiedad:

  1. Alcohol
  2. Cafeína
  3. Azúcar
  4. Deficiencia de vitamina B, niacina, vitamina B6 y tiamina (B1)
  5. Deficiencia de calcio o magnesio
  6. Alergias alimentarias

Evitar el alcohol, la cafeína, el azúcar y los alérgenos alimentarios es muy eficiente para el alivio de los síntomas en las personas con ansiedad. De hecho, la simple eliminación del café puede, en algunos casos, aliviar los síntomas por completo. En un estudio de cuatro hombres y dos mujeres con ansiedad generalizada, que bebían 1,5-3,5 tazas de café al día, evitar la cafeína durante una semana provocó un alivio significativo de los síntomas. El grado de mejora fue tan notable que todos los pacientes se ofrecieron voluntariamente a seguir evitando la cafeína después del estudio.

Magnesio: el mineral calmante 

El magnesio es esencial en más de 300 reacciones bioquímicas del cuerpo humano, y se ha informado que una deficiencia conduce a síntomas de ansiedad, depresión, irritabilidad, miedo, insomnio, confusión y pérdida de memoria.

En un estudio doble ciego, a 264 personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad generalizada se les administró un placebo o 300 mg de magnesio. El grupo de magnesio tuvo una reducción estadísticamente significativa de los síntomas. Para obtener mejores resultados, utiliza una forma altamente absorbible de magnesio, como citrato de magnesio y glicinato de magnesio.

Ácidos grasos omega 3 

La ansiedad también parece estar ligada a bajos niveles de ácidos grasos omega 3. Los estudios que usan aceites de pescado ricos en omega 3 para tratar la ansiedad han mostrado resultados impresionantes. En un ensayo, se demostró que el aceite de pescado disminuía la ira y la ansiedad en los toxicómanos. En otro, 2,5 gramos diarios de grasas de omega 3 produjeron una reducción del 20 por ciento en los síntomas de ansiedad.

El aceite de linaza, una fuente vegetariana de grasas de omega 3, también se ha demostrado que ayuda a aliviar la ansiedad. En un estudio, tres de cada cuatro pacientes con antecedentes de agorafobia mejoraron tras dos o tres meses tomando linaza (2-6 cucharadas diarias, en dosis divididas).

Ácido gamma-aminobutírico (GABA) 

GABA es un neurotransmisor que se encuentra en todo el sistema nervioso central. Los bajos niveles o disminución de la función del GABA en el cerebro se asocian con ansiedad, depresión, insomnio y epilepsia. De hecho, muchos fármacos antiansiedad populares interactúan principalmente con los receptores GABA.

Se han demostrado efectos antiestrés significativos en estudios clínicos con PharmaGABA, una forma propietaria de GABA. Los pacientes a los que se les dio PharmaGABA notaron que se sentían relajados y experimentaron cambios en los patrones de ondas cerebrales coherentes con un estado de relajación. La dosis típica utilizada en los estudios es de 100-200 mg hasta tres veces al día.  

Ashwagandha 

En ensayos clínicos, Sensoril, un extracto patentado de la hierba ashwagandha, se ha demostrado que produce efectos antiestrés considerables. En un estudio doble ciego en humanos, los sujetos con estrés crónico que tomaron Sensoril tuvieron reducciones significativas en la ansiedad, junto con cambios positivos en la química sanguínea, en los niveles de la hormona suprarrenal, en los niveles de energía y en los sentimientos de bienestar. Una dosis típica consiste en 125-250 mg diarios.