Enfoques naturales hacia la inflamación de todo el cuerpo.

La inflamación aparece como una reacción a lesiones o infección. Se caracteriza por dolor, enrojecimiento, hinchazón y a veces pérdida de función. De hecho, forma parte de nuestra defensa natural contra organismos invasores. Durante la inflamación, los glóbulos blancos se dirigen al área para destruir a microorganismos dañinos y células muertas, evitando así la expansión de la irritación y permitiendo que el tejido se repare por sí solo.

Pero a veces la inflamación puede producir efectos dañinos, y eso es un problema. La inflamación crónica de bajo nivel tiene un papel central en muchas enfermedades, incluyendo el cáncer, el Alzheimer, enfermedades cardiacas y la osteoporosis.

Cuando uno se araña la rodilla, es fácil ver y sentir la respuesta inflamatoria. Pero de forma crónica, la inflamación de bajo nivel conocida como "inflamación silenciosa" es más sigilosa. Para determinar la extensión del problema, los médicos pueden medir los niveles sanguíneos de proteína C reactiva (PCR). Por esta razón, yo recomiendo añadir un test de PCR a su examen físico anual. Realmente es un mejor indicador de los ataques al corazón que los niveles de colesterol.

La dieta antiinflamatoria

La dieta tiene un papel definido en activar la respuesta inflamatoria. Los estudios han mostrado que los niveles de CRP tienden a ser mayores en personas con dietas de alta carga glucémica. De forma inversa, una dieta rica en fibra y baja en carbohidratos está asociada con menores niveles de PCR.

En general, las dietas ricas en fruta y verdura son las que tienen mayores beneficios. También es importante evitar los azúcares simples o refinados, que incrementan la carga glucémica vinculada con la respuesta inflamatoria.

Combate el ardor con suplementos

Las vitaminas C y E, el cinc, el selenio, y los extractos ricos en flavonoides, como la semilla de uva o el extracto de corteza de pino (pycnogenol), son los antioxidantes más importantes para luchar contra la inflamación. Complementar con productos de aceite de pescado que proporcionan una dosis combinada de 3 gramos de EPA+DHA a diario también ha demostrado ser efectivo para reducir la inflamación y producir cambios positivos en numerosas pruebas.

Se ha demostrado también que los preparados de enzimas proteolíticas, como la quimotripsina, tripsina, bromelina, papaína, proteasas fúngicas y serrapeptasa, son útiles en una gran variedad de situaciones inflamatorias. Busque productos que contengan una combinación de ellas y siga las instrucciones del prospecto. También puede encontrar serrapeptasa como un producto independiente para la inflamación.

La microlactina, una proteína especial de la leche, está ganando fama como un tratamiento natural para la inflamación de las articulaciones. Durante la respuesta inflamatoria, se incrementan las "uniones" entre las células que cubren los espacios de las articulaciones, lo cual permite a los glóbulos blancos entrar en la articulación. Una vez dentro, estas células provocan más información y en definitiva, más daños a la articulación. Al estrechar estas uniones celulares, la microlactina evita la migración de glóbulos blancos a los espacios de las articulaciones. Este mecanismo de acción es similar al de medicamentos como la prednisona, pero sin efectos secundarios.

Enfoque para todo el cuerpo

Reducir la inflamación en todo el cuerpo, especialmente en casos graves, requiere un enfoque verdaderamente global. Los ejemplos dados arriba son tan solo unas pocas posibilidades. Una consulta con un médico relacionado con la nutrición puede ayudar a diseñar el mejor tratamiento posible para usted.

La ciencia de la microlactina

La microlactina se crea a través de un proceso único mediante el que una pequeña fracción de bajo peso molecular de leche es superconcentrada para que se pueda proporcionar en las dosis convenientes. Dos ensayos clínicos realizados de forma independiente han confirmado que es muy efectiva para mejorar la función de las articulaciones en casos de inflamación. En un estudio doble ciego, la microlactina mostró un efecto de tratamiento significativamente mejor para mejorar la salud de la articulación con relación al placebo de lo que hizo la glucosamina. De hecho, este efecto del tratamiento, que medía la mejora general en la función de la articulación en un periodo de seis semanas, fue un 60 % mayor en la microlactina que en la glucosamina. La dosis típica de la microlactina es de 2 gramos dos veces al día durante los primeros 7-10 días, seguida después por una dosis de mantenimiento de 2 gramos una vez al día.